Hugo Morán, Secretario de Estado de Medio Ambiente, se compromete a llevar los resultados del III estudio sobre la calidad de la información ambiental en las autonomías presentado ayer por la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) a la conferencia sectorial de Medio Ambiente para garantizar el acceso igualitario a la información ambiental de los ciudadanos
La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) presentó ayer el “3er Estudio de la Calidad de la Información Ambiental autonómica en la Red”, un trabajo de largo recorrido busca poner en valor el derecho a la información ambiental, conscientes de que es un elemento fundamental para fomentar la conservación de nuestras especies, de nuestros recursos, de nuestros ecosistemas y del planeta.
Últimamente, cuando pensamos en medio ambiente, es fácil que nos centremos en los grandes retos ambientales a los que se enfrenta la sociedad moderna. El cambio climático, las basuras marinas, la extinción masiva de especies o la contaminación de nuestro aire se presentan como catástrofes de tal magnitud frente a los que, aparentemente, sólo el acuerdo e intervención de las administraciones públicas y las empresas pueden solucionar. Sin embargo, debemos evitar caer en este error.
Si bien es verdad que los grandes acuerdos internacionales y la implicación y colaboración de entidades públicas y privadas son pasos fundamentales para impulsar políticas que marquen la hoja de ruta hacia sociedades más sostenibles, no se nos debe olvidar que el verdadero cambio sólo se puede producir con la implicación de cada uno de nosotros. Ni el mejor sistema de gestión de residuos funciona sin la implicación de cada uno de los ciudadanos, ni la calidad del aire en nuestras ciudades cambiará a mejor si no cambiamos a mejor nuestros hábitos de movilidad y uso de la energía.
Cuando hablamos de proteger nuestro entorno natural y la biodiversidad también cada uno de nosotros tenemos un papel clave. A pesar de los esfuerzos que realizan numerosas ONGs, asociaciones y entidades públicas por conocer con detalle nuestro entorno natural, cada uno de nosotros como ciudadanos podemos contar con una información de gran valor que haya pasado desapercibida: ese ave que ha anidado en un edificio cercano, esa especie invasora que coloniza un territorio donde antes no se había visto o esa zona húmeda llena de anfibios que visitamos cuando damos un paseo por el campo.
Las especies exóticas invasoras (EEI) son especies alóctonas pertenecientes a diversos grupos taxonómicos como aves, mamíferos, peces, hongos, plantas, algas, entre otros; que han sido introducidas de forma artificial, accidental o voluntariamente, y que posteriormente se han establecido y propagado a gran velocidad. En consecuencia, su presencia altera la estrucutura y funcionamiento de los ecosistemas y causa perjuicios de índole ecológica, socioeconómica o sanitaria.
Las EEI son la segunda mayor amenaza para la biodiversidad a nivel global, justo después de la péridida de los hábitats naturales. Esto se debe a que las especies autóctonas no han evolucionado en contacto con las EEI, y en consecuencia, en la mayoría de los casos no son capaces de competir con ellas y terminan desplazadas de su hábitat natural.
Teniendo en cuenta la presencia de EEI en las aguas continentales españolas, son diferentes comunidades autónomas las que ofrecen información sobre ellas. Así, encontramos Andalucía que cuenta con el Programa Andaluz para el Control de Especies Exóticas Invasoras como búsqueda para atajar este problema desde la prevención, con trabajo de campo y en el ámbito de la sensibilización. Desde esta comunidad se trabaja para evitar la proliferación de el mejillón cebra (Dreissenapolymorpha), pez gato negro (Ameiurus melas), jacinto de agua (Eichhorniacrassipes), cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus), cangrejo rojo (Procambarus clarkii), galápagos exóticos.
La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) presentará el próximo 2 de julio de 2019 en el Salón de Actos del Ministerio para la Transición Ecológica de 11:30 a 14:30 hr (Plaza San Juan de la Cruz S/N) el “3er Estudio sobre la Calidad de la Información Ambiental Autonómica en la Red”, un proyecto que se ha desarrollado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), que fue beneficiario de la Convocatoria de Ayudas de la Fundación Biodiversidad del año 2018. El Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y el Presidente de ACA, Roberto Ruiz Robles, abrirán este acto que además de la presentación del Estudio, se debatirá con responsables autonómicos sobre cómo afrontar la información ambiental ante los nuevos objetivos en materia de sostenibilidad
La manera de acceder a la información por parte de la población ha experimentado grandes cambios. Actualmente la digitalización de la sociedad y el auge de los teléfonos inteligentes, ha hecho que a la hora de buscar información usemos dispositivos móviles, tablets o portátiles. Por todo ello, es fundamental que la información disponible a través de internet, especialmente la ofrecida a través de las páginas web, sean fuentes relevantes, fidedignas y sencillas. El proyecto tiene como objetivo defender el derecho de la ciudadanía a la información ambiental, pero, por encima de todo, pretende contribuir a la conservación y mejora de la biodiversidad.
Entrar en el debate de qué especie es más importante conservar es siempre una tarea difícil. Lo que sí está más claro es que hay especies que por una cuestión u otra, acaparan más la atención del público. Estas especies a menudo obtienen el rol de “especies bandera”, que se usan como herramientas para fomentar la conservación de la biodiversidad en los diferentes Espacios Naturales Protegidos. En algunos casos pueden actuar también como “paraguas”, como pueden ser los grandes depredadores, que necesitan un vasto territorio para completar su ciclo vital. Si se les protege se protegerá también su entorno y todo el ecosistema se beneficiará de ello.
Camaleón común. Fuente: El Objetivo Verde.
España es el país con más biodiversidad de Europa , y con la última lista publicada recientemente, el segundo país europeo con más especies de aves. Gran parte de esta biodiversidad se concentra en los numerosos Espacios Naturales Protegidos que se reparten por todas las Comunidades Autónomas.
¿Qué ocurre si no separamos los residuos que generamos y no los depositamos en donde corresponde? La respuesta es sencilla, estamos guiándonos por los preceptos de la economía lineal y siguiendo la dinámica de un solo uso; en la que extraemos, fabricamos, utilizamos y nos deshacemos de nuestros recursos. En consecuencia y sin darnos cuenta, contribuimos al incremento de un consumo indiscriminado de los bienes que nos ofrece la naturaleza, muchos de ellos, no renovables. Pero, además, diferentes residuos contienen un gran potencial contaminante (véase pilas, aceites usados, medicinas caducadas, lámparas fluorescentes, entre otros), por lo que, si se produce su vertido incontrolado contribuye a la contaminación de aguas superficiales y acuíferos por lixiviados, contaminación de suelos, emisión de gases de efecto invernadero por la combustión de los materiales abandonados, destrucción del paisaje y espacios naturales, creación de focos infecciosos (proliferación de plagas de roedores e insectos) y producción de malos olores.
Centrándonos en aspectos perjudiciales en España, existe un claro ejemplo entre un mal hábito de la ciudadanía en su gestión de residuos y la proliferación del mosquito tigre (Aedes albopictus) en nuestro medio; pues se ha observado que deposita sus huevos en el agua que se acumula en neumáticos, latas o recipientes abandonados en la naturaleza. Por lo que, estas basuras no depositadas en sus contenedores adecuados y dejadas en el medio natural han contribuido a que en 2017 Aedes albopictu haya tenido presencia en comunidades autónomas como País Vasco, Aragón, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Comunidad de Murcia y Andalucía.
Descansar mientras se toma el sol en una hamaca en una playa, ponerse a prueba coronando un pico montañoso, recorrer nuestros pueblos y paisajes con nuestra bicicleta o pasear mientras capturamos aves y otros animales con nuestra cámara de fotos. Ya sea para descansar, hacer deporte, aprender, o simplemente por una cuestión de apreciación estética, la naturaleza es el principal escenario en el que se disfruta el tiempo de ocio en primavera y verano, así como las ansiadas vacaciones.
En un mundo cada vez más urbanizado, en el que se estima que para 2050 el 68% de la población vivirá en zonas urbanas, cada vez es más común buscar el descanso y el disfrute en aquellos sitios que nos permiten escapar del asfalto y los altos edificios. Según el Observatorio de Turismo Rural, ya en 2018 el 33% de los viajeros consideran prioritario en la elección de su destino de viaje poder conocer la naturaleza de forma responsable, tendencia que estimaban alcanzara el 50% de los viajeros durante el presente 2019. No nos debe extrañar, por tanto, el crecimiento en el número de visitantes que reciben nuestros Parques Nacionales, alcanzando los casi 15 millones y medio de visitantes en 2017, según datos del Ministerio de Transición Ecológica, destacando la notoriedad de estos espacios cuando hablamos de turismo de naturaleza.
Todos hemos oído hablar sobre “el cambio climático” pero ¿sabemos realmente lo que es y cómo nos afecta? A veces el exceso de información hace que perdamos interés sobre este tema ya que, en realidad, existe un gran desconocimiento.
El cambio climático es una variación del clima a escala global debida a la acción humana sobre el planeta. El exceso de los gases de efecto invernadero generan un aumento de la temperatura que a su vez produce el calentamiento global. Los casquetes polares se están derritiendo, el nivel del mar está subiendo y cada vez son más frecuentes las sequías y las inundaciones provocando la migración de millones de personas.
Todos estos fenómenos influyen negativamente tanto en los ecosistemas como para nuestra economía.
Nos está pasando como en la fábula de la “rana hervida” en la cual, poco a poco la rana se acostumbra al agua caliente, no se da cuenta de que se está quemando y finalmente muere sin haber intentado escapar. En nuestro caso las olas de calor se están volviendo cada vez más frecuentes, los cambios drásticos de temperatura habituales y las noticias que nos alertan del cambio climático son casi diarias, por lo que, tendemos a normalizar lo que es totalmente inusual y a ver el cambio climático como algo inevitable con lo que tenemos que resignarnos.
El cambio climático es un fenómeno imparable. Salvo quienes aún hoy dudan de la existencia del mismo, el debate está centrado en analizar la gravedad de sus consecuencias, en cómo avanzar hacia economías descarbonizadas para frenar el calentamiento global y en impulsar estrategias de adaptación que permitan asegurar un desarrollo sostenible con unas nuevas condiciones de contorno.
Desde ACA se ha dado por terminado el “Programa de asesoramiento demostrativo en hogares de las comunidades autónomas de Madrid y Castilla la mancha en verano” enmarcado en el proyecto de “Pobreza energética y olas de calor en entornos urbanos” desarrollado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.
El programa ha consistido en la realización de un seguimiento personalizado de los hábitos de consumo de 20 hogares de Castilla-La Mancha y Madrid, observando las diferencias de comportamiento, consumo y condiciones ambientales existentes antes y después de un proceso de formación y sensibilización de los participantes orientado a fomentar el ahorro de recursos y a mejorar el confort térmico.