La energía para climatizar una vivienda, tanto en invierno como en verano, es una de las principales fuentes de gasto energético que deben asumir las familias, y que más variaciones estacionales causa a la carga de los costes de las facturas energéticas. Al igual que sucede con la iluminación o los electrodomésticos, existen edificios más o menos eficientes en el consumo de energía en función de su aislamiento térmico y el uso de energías de origen renovable.
Todo edificio objeto de venta o alquiler debe lucir la Etiqueta Energética, un documento que muestra la calificación energética obtenida por un edificio o vivienda, en una escala de la A a la G, obtenida tras un proceso de certificado energético. De tal modo, los edificios con categorías A, B y C demandan una energía menor para mantener un ambiente confortable que las categorías D, E, F y G.
La etiqueta energética consta de una información general en la parte superior sobre la vivienda y el edificio, incluyendo el tipo, referencia catastral y ubicación. A continuación se muestra una doble escala:
- Consumo de Energía: Se expresa en kWh/m2año, es decir, energía necesaria (kWh) para mantener la vivienda en condiciones de confort durante un año y por metro cuadrado. Es el valor de mayor utilidad para el usuario, ya que informa directamente sobre si climatizar la vivienda requerirá una mayor o menor inversión económica. Si bien disponer de instalaciones energéticas más eficientes afecta a esta categoría, lo más determinante es el aislamiento térmico del edificio, dado que un menor aislamiento implica unas pérdidas continuadas de energía. Las viviendas más deben consumir menor de 30,3 kWh/m2año (categoría A), en cambio, los inmuebles con categoría G superan los 287,5 kWh/m2año, es decir, casi 10 veces más consumo energético.
- Emisiones de CO2: Se expresa en kgCO2/m2año, es decir, la cantidad de emisiones contaminantes que realiza el edificio o vivienda. Esta calificación hace referencia al origen de la energía consumida, siendo menos contaminante si dispone de energías renovables.
Imagen: Etiqueta energética de edificios