La sesión de saneamiento y depuración del Spain Smart Water Summit 2025 mostró cómo la innovación tecnológica y la digitalización están transformando las estaciones depuradoras en verdaderos centros de eficiencia energética y gestión inteligente. Aqualia y SATEC presentaron proyectos que combinan sostenibilidad, optimización de recursos y un uso estratégico de los datos para responder a los desafíos del sector.
El tratamiento de aguas residuales es uno de los grandes retos en la gestión hídrica, no solo por su complejidad técnica, sino también por el impacto ambiental y energético que conlleva. En esta línea, la sesión de saneamiento y depuración destacó las soluciones que buscan maximizar la eficiencia operativa y avanzar hacia un modelo más sostenible.
Fuente: Rafa Aparicio, iAgua
La primera ponencia estuvo a cargo de Aqualia, que expuso el caso de la EDAR de Lleida. La instalación combina cogeneración, paneles fotovoltaicos, monitorización avanzada y una flota de vehículos de gas. Uno de sus principales focos es el reactor biológico, identificado como el mayor consumidor energético de la planta. Gracias a la sensorización y al control de la línea de fangos, la instalación aprovecha mejor el potencial energético de los residuos.
La innovación se refleja también en la producción de biogás, que se transforma en hidrógeno reciclable, y en el uso de cámaras con inteligencia artificial para optimizar procesos. Entre las acciones concretas se incluyen la limpieza de difusores, la creación de gemelos digitales y el control de la energía fotovoltaica. Con estas medidas, la EDAR persigue el objetivo de alcanzar un 75% de autoconsumo energético y una huella de carbono cero.
La estrategia se apoya en tres factores clave: la colaboración público-privada, la seguridad contractual y un equipo comprometido con la innovación. En palabras de los ponentes, la hibridación de energías y la priorización del autoconsumo fotovoltaico son esenciales para garantizar la viabilidad a largo plazo de este tipo de proyectos.
La segunda ponencia estuvo a cargo de Satec, que presentó el proyecto PAITIDA, orientado a mejorar la masa de agua del río Besós mediante innovación tecnológica y digitalización. El reto principal consiste en integrar grandes volúmenes de datos dispersos, almacenados en formatos distintos y sin estandarización. Esta fragmentación dificulta la explotación eficiente de la información y plantea interrogantes sobre la propiedad y el uso de los datos.
La propuesta de Satec se basa en la creación de un datalake funcional que permita romper las “islas de información” y ofrecer una plataforma de gestión inteligente. Su arquitectura incluye cuatro fases: flujo de ingesta (capacidad de recoger datos en línea y fuera de línea), almacenamiento centralizado, acceso flexible mediante catálogos y, finalmente, gobernanza del dato, garantizando su documentación, disponibilidad y trazabilidad.
Con esta infraestructura, los datos pueden aplicarse a la operación diaria, la toma de decisiones estratégicas o la simulación de escenarios futuros. El modelo combina matemáticas y machine learning para anticipar resultados y optimizar procesos, simulando incluso lo que no ha ocurrido aún. El objetivo: aprovechar la digitalización para reducir vertidos, incrementar la eficiencia y garantizar una mejor calidad del agua.
La sesión recalcó que el saneamiento y la depuración ya no son solo procesos técnicos, sino espacios de innovación que integran energía, datos e inteligencia artificial. Los proyectos de Aqualia y Satec muestran que un futuro más limpio y eficiente es posible cuando la tecnología se pone al servicio del agua. La eficiencia y la digitalización no son ya opciones, sino el camino necesario para garantizar un agua limpia, segura y gestionada con responsabilidad
Autor: Ruben Cid

