Agua, cooperación, cambio climático, soberanía alimentaria, conflictos y derecho al agua
La declaración del año 2013 como Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua, supone el reconocimiento de la importancia del uso y la gestión pacífica y sostenible de los recursos hídricos, como instrumento que contribuye a promover la paz, la seguridad y el crecimiento económico sostenible de las comunidades que tienen la obligación de gestionar el agua de forma coordinada en base a procesos de participación y concertación. Bajo este prisma, son muchos los retos a los que se enfrenta la cooperación en materia de agua.
Agua y conflictos sociales. Las cuencas hidrológicas transfronterizas
Muchos de los conflictos sociales entre comunidades surgen con motivo del uso del agua, esto es un proceso lógico si se considera que:
- En el mundo existen 276 cuencas hidrográficas transfronterizas, es decir, que comparten dos o más estados (64 en África, 60 en Asia, 68 en Europa, 46 en América del Norte y 38 en América del Sur).
- Estas cuencas suponen la mitad de la superficie terrestre del planeta, lo que suma un total de 148 países afectados y alberga el 40% de la población mundial.
- 39 países tienen más del 90% de su territorio dentro de una o varias cuencas hidrográficas transfronterizas, y 21 se encuentran totalmente dentro de una o más de estas cuencas.
- El 60% del agua dulce del mundo está situado en cuencas transfronterizas.
La aparición de conflictos sociales empieza a ser más que comprensible si a las consideraciones anteriores se le añade lo siguiente:
- El 85% de la población mundial vive en el medio más seco del planeta,
- 783 millones de personas no tienen acceso a agua limpia
- y 2,6 millones de personas no tienen acceso a un saneamiento adecuado,
De entre todos, África es la región del mundo que posee un mayor potencial de peligro de sufrir conflictos, por muchos factores, entre ellos porque tiene alrededor de un tercio de las principales cuencas hidrográficas internacionales del mundo.
Además, hay que considerar que los países ricos tienden a mantener o aumentar su consumo de recursos naturales (WWF, 2010), pero están exportando sus huellas hídricas a los productores, generalmente ubicados en países en vías de desarrollo, consumiendo una importante cantidad de agua virtual, al estar integrada en la importación de alimentos y productos. Cada persona en América del Norte y Europa (con exclusión de la antigua Unión Soviética) consume aproximadamente 3 metros cúbicos de agua al día frente a 1,4 m3 por día en Asia y 1,1 m3 por día en África (Zimmer y Renault, sf).
Agua, Cambio Climático y soberanía alimentaria. Desplazados climáticos
Otro de los grandes retos es el cambio climático, que influirá tanto en la disponibilidad de agua como en su calidad, y además aumentará la frecuencia de sucesos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones.
A estas consecuencias directas, se les debe añadir las indirectas que se generarán por procesos de adaptación de cambio climático de determinadas comunidades, que en busca de recursos hídricos para sus subsistencia, provocarán migraciones forzosas que generarán más presiones sobre los recursos hídricos existentes en zonas donde hasta ahora no existían problemas de abastecimiento y aumentarán la posibilidad de que se produzcan más conflictos.
Asimismo, esto afectará a la seguridad y soberanía alimentaria, dado que el cambio climático reducirá previsiblemente la capacidad de producción. Según un estudio de William Cline, para el año 2080, el cambio climático reducirá el potencial de producción de la agricultura mundial en más de un 3% respecto al actual, siendo los países en desarrollo los más afectados, con una caída de un 9.1% de su potencial de producción agrícola (África, en concreto, con un descenso del 16.6%).
Hay que tener en cuenta, que el agua para riego y la producción de alimentos constituyen una de las mayores presiones sobre los recursos de agua dulce. La agricultura representa aproximadamente el 70% de las extracciones mundiales de agua dulce (hasta el 90% en algunas economías de rápido crecimiento), por lo que se espera que cada vez haya más presiones sobre los recursos hídricos.
La planificación en la adaptación al cambio climático de las distintas comunidades se está convirtiendo en un aspecto tan importante como la mitigación, que las políticas internacionales deben tener cada vez más en consideración.
La geopolítica del agua. La cooperación como herramienta para los acuerdos de paz en materia de agua
Derivado de estas causas, el agua se ha convertido en una cuestión política y geoestratégica de primera magnitud, y es el origen de numerosos conflictos, normalmente en aquellas regiones donde las diferentes comunidades no se han puesto de acuerdo en la gestión integral de sus cuencas fluviales. Estos conflictos pueden generar procesos de miseria, de degradación social y ambiental, en definitiva, estados de pobreza e inestabilidad que a su vez hacen más acuciante la resolución de dichas situaciones para evitar que el conflicto de hoy derive mañana en un conflicto armado.
No obstante, son muchos los tratados que se firman para procurar el entendimiento y la paz entre distintas comunidades, dada la gran valía del recurso y la interdependencia que el agua genera para poder sostener otros derechos fundamentales. En este sentido, en los últimos 50 años se han firmado casi 160 Tratados Internacionales en materia de Agua.
Además, debe indicarse, que hay numerosos ejemplos donde las aguas transfronterizas han demostrado ser una fuente de cooperación y no de conflicto. Cerca de 450 acuerdos sobre aguas internacionales se firmaron entre 1820 y 2007 (OSU, 2007), de los cuales 90 partieron del continente africano, y se espera que esta cifra siga ascendiendo dada la creciente internacionalización de las cuencas que está generando el incremento del número de nuevos Estados.
El agua puede ser una herramienta para la paz, que genere procesos de concertación y cooperación entre las comunidades que comparten los mismos recursos hídricos. En este sentido, el reciente reconocimiento del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento, debe servir como una importante herramienta legal para los agentes que trabajan en materia de cooperación dentro de la esfera del agua, que obligue a Estados y gestoras de servicios de agua a cumplir con las obligaciones que están establecidas.