Innovaciones en el regadío: Hacia una agricultura sostenible

La agricultura de regadío consume el 80 por ciento del agua disponible en España, sin embargo el 80% de la digitalización se que está llevando con el PERTE está siendo destinada al agua urbana, según el prestigioso ingeniero agrónomo Ignasi Serviá, consultor en temas estratégicos territoriales relacionados con los regadíos y secretario de la Comisión del Agua del COEA de Catalunya.

Servià, que se preguntó qué pasará en la segunda convocatoria del PERTE, fue el encargado de abrir la sesión centrada en las innovaciones en el regadío. En su intervención, Servià hizo un repaso a la primera convocatoria del PERTE y ofreció algunas claves para el éxito de la segunda fase. Por ejemplo, la importancia de que cada comunidad de regantes busque la palanca que más se adapte a su realidad para tecnificarse y avanzar en la digitalización.

Fuente: iAgua, Pablo González-Cebrián

Recalcó la importancia de entender las diferencias entre ambas convocatorias y cómo las soluciones digitales, tanto obligatorias como recomendadas, serán cruciales para optimizar el uso del agua en el regadío. Insistió en que la digitalización debe ser una herramienta con un propósito claro: aprovechar los datos generados y evitar la acumulación de información inactiva en un cementerio de datos.

 

La oportunidad histórica del PERTE

 

Servià también insistió en que la digitalización debe ser una palanca para la tecnificación, ayudando a las comunidades de regantes a mejorar su eficiencia en el uso del agua, especialmente en el contexto de la crisis climática. 

A su juicio, el PERTE de Digitalización para Regadíos es una oportunidad histórica para transformar el sector agrícola en España, haciéndolo más sostenible y mejorando su rendimiento a largo plazo. La digitalización será clave para enfrentar los desafíos futuros y promover un uso más eficiente y responsable del agua en la agricultura. Pero para ello no hay que dejar pasar la oportunidad que brinda el PERTE.

Tras su ponencia fue el turno de Alfonso Corbalán, CEO de HIdroconta, quien destacó la necesidad de contabilizar el agua que se pierde en el regadío. Ya que el sector consume más del 80% de los consumos hídricos, es necesario descubrir dónde está el 25 por ciento que supone el agua no registrada en España, según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. 

En ese sentido, Corbalán destacó la importancia de la digitalización en el sector agrícola, explicando cómo las soluciones de Hidroconta están transformando la gestión del agua de riego mediante tecnologías como la lectura remota de contadores de agua. Este avance permite controlar en tiempo real el consumo hídrico, facilitando decisiones más eficientes y reduciendo las mencionadas pérdidas. Así, insistió en la necesidad de conocer el consumo no registrado en comunidades de regantes para mejorar su eficiencia.

 

El desafío de ser sostenible en un contexto de cambio climático

 

También mencionó la adopción de sistemas de internet de las cosas en el regadío, como el contador ultrasónico NAUTILUS de Hidroconta, equipado con tecnología NB-IoT y monitoreo remoto. Estos sistemas permiten un uso más eficiente del agua y su integración con otras herramientas para optimizar el ciclo de riego.

Entre los desafíos a los que se enfrenta la agricultura, destacó la necesidad de ser sostenible en un contexto de cambio climático y escasez de recursos hídricos. En este sentido hizo un llamamiento a seguir impulsando la innovación y la colaboración entre el sector público y privado para desarrollar tecnologías que permitan un uso más racional y sostenible del agua que pueda garantizar el futuro del regadío en España.

Luis Navarro de Hach y Alejandro Pérez Pastor de la Universidad Politécnica de Cartagena, tomaron el relevo en la sesión, destacando la importancia de las herramientas digitales para el uso eficiente del agua en la agricultura. Juntos presentaron un proyecto para optimizar la calidad del agua en los cultivos.

Alejandro Pérez señaló que si se quiere una agricultura sostenible, esta tiene que serlo también viable económicamente. Así, presentó un proyecto en Moyca Grapes S.L. en Lorca, Murcia, que optimiza el estado hídrico del suelo en cultivos de uva de mesa mediante drones con cámaras térmicas, dendrometría y análisis del potencial hídrico de los tallos. Estas técnicas permiten reducir el consumo de agua sin sacrificar la productividad.

 

Reducir la huella hídrica y la aplicación de nitrogenantes

 

Asimismo, habló del riego deficitario controlado, que reduce la huella hídrica y el uso de fertilizantes mediante la monitorización precisa de los suelos. 

Por su parte, Luis Navarro puso ejemplos donde la plataforma Hach Claros™ mejora la gestión del agua en tiempo real en viñedos y destacó la unión de agronomía y digitalización con una buena sensorización, que incluye el subsuelo y numerosos parámetros, para conseguirlo. “Sin datos no hay digitalización”, recalcó.

Ambos ponentes pusieron de relieve la vital importancia de la colaboración entre universidades y empresas para impulsar la innovación en el manejo del agua. La cooperación entre Hach y la Universidad Politécnica de Cartagena ha desarrollado tecnologías avanzadas que mejoran la sostenibilidad agrícola. Los resultados muestran una reducción significativa en el uso de fertilizantes y agua, y plataformas como Hach Claros™ facilitan la automatización y el control remoto del riego desde cualquier parte con claves.

“La agricultura no gasta agua, la transforma en alimentos”, tal y como afirmó Juan Manuel Vázquez, de ACCIONA, que criticó las acusaciones a la agricultura de no ser ecológica. Detalló que el regadío ocupa el 23 por ciento de la superficie cultivada en España y a cambio aporta el 65 por ciento de la producción agrícola. 

No obstante, reconoció el reto de ser eficientes no sólo en relación al consumo de agua y energía o a la sostenibilidad ambiental, sino sobre todo en sentido económico y social. Para todo ello son necesarias las nuevas tecnologías.

 

Desalación y eliminación de contaminantes

 

En esta línea presentó proyectos para reducir los costos energéticos en desalación y eliminar contaminantes emergentes en el agua reutilizada para la agricultura usando tecnologías avanzadas. También mencionó DESA4CROPS, que adapta la desalación de agua de mar a las necesidades agrícolas, reduciendo costos y aprovechando corrientes salinas para fertilizantes.

Vázquez expuso proyectos de digitalización para comunidades de regantes, desde la captación a la entrega en sus hidratantes, que mejoran la eficiencia y detectando fugas y fraudes en todo el proceso. Asimismo, habló del Proyecto SICOR en Málaga, que usa sensores para medir la calidad del suelo y agua, logrando ahorros significativos en agua, agroquímicos y energía. Concluyó que la agricultura del futuro depende de la capacidad de innovar.

El encargado de cerrar la sesión fue Emilio Soler, de Netmore, que destacó que la sensorización aporta datos de alto valor para la agricultura. Así, apuntó cómo la tecnología LoRaWAN contribuye a transformar el regadío y a llevar a la agricultura hacia un futuro más sostenible. Soler explicó que esta tecnología permite un monitoreo preciso y en tiempo real de los recursos hídricos, optimizando el uso del agua, un recurso cada vez más escaso.

Asimismo, aseguró que LoRaWAN ha revolucionado la gestión de sistemas de riego, pozos y aguas subterráneas, promoviendo prácticas más eficientes y sostenibles. La medición inteligente permite a los agricultores controlar exhaustivamente sus recursos hídricos, ajustando el uso del agua según las necesidades del terreno y los cultivos, reduciendo significativamente el desperdicio de agua. 

La implementación de sensores habilitados por LoRaWAN permite gestionar mejor el riego, detectar fugas, monitorear el entorno y controlar la calidad del agua de manera más eficiente, lo que le convierte en un aliado para la agricultura de precisión.

En esta línea, afirmó que Netmore ayuda a los agricultores a reducir costos y proteger el medio ambiente. Además, subrayó la importancia de estas soluciones para impulsar una agricultura más sostenible y resiliente, adaptada a los retos del cambio climático y la creciente demanda global de alimentos.

Finalmente, indicó que la tecnología y la sostenibilidad pueden ir de la mano para garantizar un uso más responsable y eficiente de los recursos hídricos.

 

Ana Carlos (Comunicación ACA)

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